Sobre algunos avances de la
tecnología en cuestión de robótica y nanobiotecnología y su
aplicación en el control y la represión de la subversión.
La
Universidad Politécnica de Madrid (UPM) y EXPAL (Explosivos Alaveses
S.A) han puesto en marcha un UAV Shepherd 1000, es decir, un avión
camuflado con forma de ave. El halcón-robot lleva instaladas cámaras
de videovigilancia y un sistema de localización por GPS y está
diseñando para imitar los movimientos de este ave.
Estos mecanismos robóticos, han sido ideados por Ecotactical
Technologies, compañía nacida en el seno de la UPM, con el fin, o
eso pretenden que nos creamos, de controlar los aeropuertos para
evitar problemas de choques entre los aviones y las aves, ya que al
imitar el robot el vuelo de la rapaz éstas huyen.
Sin
embargo, ya se ha hecho una versión para la cobertura de ciudades
llamado Shepherd City supuestamente para vigilar puertos, parques
eólicos, granjas marinas, vertederos y extensiones agrícolas
varias. Y en el campo militar su diseño está concebido para dar
servicio de observación a los clientes de EXPAL.
En el
aspecto militar, esto no debería sorprendernos puesto que Israel
cuenta ya entre las filas de su ejército con una mariposa-robot cuyo
objetivo es incrementar todos los resultados en las tareas de
vigilancia, control y ataque. Esta mariposa pesa solo 20 gramos, por
lo que prácticamente se podría llevar en un bolsillo sin que
alguien se percatara de su presencia, siendo un avión no tripulado o
drone de los más pequeños que hasta el momento se han visto, pero
también uno de los más efectivos en la recopilación de datos.
Sin
embargo estos avances tecnológicos casi han sido eliminados hoy en
día. Esto es así porque el elevado consumo eléctrico de los robots
sumado a la falta de baterías adecuadas no les garantizaba más que
unos minutos de autonomía de vuelo. Pero no penséis que
científicos, multinacionales, gobiernos y ejércitos iban a dejar un
proyecto tan útil, tan productivo y tan rentable para todos en agua
de borraja.
La
creación de ciborgs (mitad animal, mitad máquina) ya a comenzado y
con ella se ha dado un paso más en la violación con que la ciencia
y la tecnología someten a la naturaleza continuamente. Diversos
grupos de investigación científica en Berkeley, Cornell, el
Instituto de tecnología de Massachusetts y la Universidad de
Michigan ya han inventado los primeros escarabajos ciborgs.
Estos
escarabajos son animales vivos con implantes electrónicos
(electrodos) en el sistema nervioso, que generan impulsos eléctricos
de determinada duración para dirigir el vuelo por control remoto,
gracias a un aparato de radio que envía a los insectos las órdenes.
Estos ciborgs pueden incluir videocámaras y micrófonos muy útiles
para aumentar el control social de una manera muy discreta.
Aunque
estos avances en nanobiotecnología nos los vuelven a vender como
algo beneficioso para la sociedad civil y los escarabajos-cyborg
tienen una supuesta labor “humanitaria” de búsqueda de
supervivientes tras una catástrofe, aunque el ejército
estadounidense no esconde que desee crear estos híbridos con fines
bélicos (“podrán penetrar sin ser vistos en territorio enemigo
para recopilar allí información secreta, conversaciones telefónicas
en oficinas del Alto Mando, o simples opiniones de los jefes…”)
Los
científicos encargados de este proyecto aseguran que “investigar
con insectos ayudará a sortear errores cuando se apliquen a
organismos superiores, como ratas, cobayas y, en última instancia,
seres humanos”. Estas declaraciones son una prueba más de que la
especie humana tiende al completo control y la completa
artificialización de la vida de todas las especies y que la
tecnología y la ciencia son los pilares más básicos para esta
catástrofe.
Otro
aspecto que debería crearnos gran preocupación es como pueden
afectar estos progresos tecnológicos en el desarrollo de la
actividad subversiva. No sabemos si ya se están usando o en que
momento comenzarán a utilizarse estos dispositivos para el
videocontrol en manifestaciones, en empresas multinacionales, en
sustitución del personal de seguridad o como alternativa a las
cámaras de vigilancia (el escarabajo cyborg permitiría seguir a lxs
“delincuentes” a su lugar de refugio y les crearía la falsa
ilusión de que su objetivo está libre de vigilancia).
Pronto
veremos urbanizaciones burguesas, tramos de construcción del TAV o
granjas de visones rondadas por aves o insectos y no tendremos la
capacidad de distinguir cuales son reales, cuales son robots, y
cuales están a medio camino entre los dos, ya que el sistema utiliza
todos los medios para mantenerse y asegurar su permanencia y, desde
luego, la tecnología es uno de los más importantes y que más
novedades aporta.
Ya
quedaron atrás las épocas en las que se podía entrar a un banco
pistola en mano con intención de atracarlo, y no es debido a un
crecimiento en el número de policías y personal de seguridad, sino
a un aumento del control social derivado de la tecnología y sus
nuevas aplicaciones.
Y si
la tecnología se reinventa contra los movimientos antagonistas y
contra la naturaleza, deberemos hacer lo mismo (reinventarnos y
reinventar nuestras estrategias y objetivos) para luchar contra ella
y enfrentarnos a ese enemigo que siempre se encuentra del lado de la
dominación.